El Blog de Marco Juan de Dios

Algunas reflexiones sobre los monitores

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En más de una ocasión hemos oído hablar de la importancia de unos buenos monitores como elemento imprescindible dentro de un home Studio “decente”. No entraré en el debate sobre cuál es mejor o peor monitor, ya que sería meterse en el farragoso y subjetivo mundo de las marcas, los modelos y las preferencias personales. Lo que está claro es que un equipamiento profesional conlleva un coste elevado. Esto no es esnobismo, los grandes estudios de grabación se gastan (o debería decir gastaban…) grandes fortunas  en equipamiento técnico para conseguir un producto de calidad.
El mundo del home Studio es limitado “por definición”. Además tampoco tiene sentido gastarse un dineral si no tenemos demasiado claro el partido que vamos a poder sacar de esa inversión. Orientados al mercado del home Studio, son cada vez más numerosas las marcas que sacan productos a precios asequibles y hoy en día es posible adquirir unos monitores con una calidad “aceptable” por 300 ó 400 euros.
La primera cuestión que debemos tener clara es que no se puede realizar una mezcla con altavoces Hi-Fi. Los altavoces Hi-Fi de los equipos musicales domésticos están diseñados para estabilizar la señal que reciben, y para que suenen más ricos mediante el uso de trucos armónicos que amplían la respuesta aparente de graves. Por tanto, este tipo de altavoces siempre nos van a dar una información demasiado coloreada como para que podamos hacernos una idea del material sobre el que estamos trabajando y qué decisiones debemos tomar a respecto. Debemos tener en cuenta que unos monitores para mezclar audio no tienen necesariamente por qué sonar bonitos o cálidos, lo que se les exige es que nos ofrezcan una información real y fiable de lo que sucede en nuestra consola de mezclas (sea ésta física o virtual).
Otro aspecto a tener en cuenta es la colocación de los monitores y cómo estos interactúan con el medio. Lo que finalmente escuchamos no son los monitores, si no la mezcla de éstos con las reflexiones de la sala en la que nos encontramos.  El sonido que sale por los monitores interactúa con la acústica de la sala añadiendo matices que no estaban presentes en el “interior de nuestro software DAW”. Estas frecuencias aumentadas o atenuadas por la sala pueden llevarnos a tomar decisiones erróneas en nuestra mezcla, provocando un pobre resultado final.
Es tan importante la acústica de la sala como la calidad de los monitores. Esto debemos tenerlo siempre presente. El objetivo es conseguir que la sala interactúe lo mínimo posible, y para ello debemos reducir el denominado “sweet spot” (punto dulce) lo máximo posible. Lo que quiero decir con esto es que debemos utilizar un sistema de altavoces de campo cercano, donde la ubicación de los altavoces y el oyente deberían colocarse en las tres esquinas de un triángulo equilátero.


Otro aspecto a tener en cuenta reside en el hecho de que la “fuente virtual” del sonido debería estar a la altura de nuestros oídos. La “fuente virtual” del sonido de un monitor es el punto desde el que parece “emanar” el sonido. En la mayoría de los monitores de dos conos está justo debajo del borde del tweeter.

Ten también en cuenta que deben estar situados verticalmente para obtener una buena imagen estéreo. Todos hemos visto monitores tumbados, e incluso nos gusta como quedan estéticamente, pero el estéreo es mucho más preciso si los ubicamos de pie.
Finalmente, también deberíamos considerar la idea de situar los monitores encima de una plataforma de espuma o material similar que evite la transmisión de vibraciones por contacto estructural hacia la superficie en la que están ubicados (en un home studio normalmente una mesa de escritorio). También existen soportes diseñados específicamente para colocar los monitores, pero yo personalmente prefiero los denominados moPAD (monitor isolation pads).



Conseguida una buena ubicación de los monitores, a partir de aquí se trata de familiarizarse con ellos. Uno no adquiere unos buenos monitores y realiza la “mezcla de su vida” esa misma tarde. Exige un proceso de adaptación, comprender bien las escuchas y llegar a controlar a la perfección sus defectos y virtudes para poder compensarlo con nuestras acciones en la mezcla. Sólo así podremos llegar a hacer una mezcla de calidad.

Un saludo!!!






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